Pablo
de Rokha (n. 17 de octubre de 1894 en Licantén, Chile – m. 10 de septiembre de
1968 en Santiago, Chile), poeta chileno, cuyo nombre real era Carlos Díaz
Loyola. Obtuvo el Premio Nacional de Literatura de su país en 1965 y es
considerado uno de los 4 grandes de la poesía chilena (junto con Pablo Neruda,
Vicente Huidobro y Gabriela Mistral). Es considerado un poeta vanguardista y de
gran influencia en la lírica de su país. Además de ello era un reconocido
militante del Partido Comunista.
GENIO
Y FIGURA
Yo soy como el fracaso total del mundo,
¡oh, Pueblos!
El canto frente a frente al mismo
Satanás,
dialoga con la ciencia tremenda de los
muertos,
y mi dolor chorrea de sangre la ciudad.
Aún mis días son restos de enormes
muebles viejos, anoche "Dios" llevaba
entre mundos que van
así, mi niña, solos, y tú dices:
"te quiero"
cuando hablas con "tu" Pablo,
sin oírle jamás.
El hombre y la mujer tienen olor a
tumba,
El cuerpo se me cae sobre la tierra
bruta
Lo mismo que el ataúd rojo del infeliz.
Enemigo total, aúllo por los barrios,
un espanto más bárbaro, más bárbaro, más
bárbaro
que el hipo de cien perros botados a
morir.
*****
A
LA MANERA DE ANTAÑO
Gran hogar patriarcal lleno de nidos,
de muérdagos y rémoras felices;
un pan de sal para los días idos
y un pan de mar para los días grises.
La proa afronta contra la ola (heridos),
a los corsarios sobre cien países,
o andamos por la aldea atardecidos
tragando sol o cazando perdices.
Le invade de chacales la retórica,
pero yo echo la orinada histórica
sobre sus catres de metales blandos.
Y aunque toda la horda nos acosa,
medio a medio de los caminos, rosa
de humo y piedra, la tribu está
brillando.
De Dinamo, 1925
*****
AUTORRETRATO
DE ADOLESCENCIA
Entre serpientes verdes y verbenas,
mi condición de león domesticado
tiene un rumor lacustre de colmenas
y un ladrido de océano quemado.
Ceñido de fantasmas y cadenas,
soy religión podrida y rey tronchado,
o un castillo feudal cuyas almenas
alzan tu nombre como un pan dorado.
Torres de sangre en campos de batalla,
olor a sol heroico y a metralla,
a espada de nación despavorida.
Se escuchan en mi ser lleno de muertos
y heridos, de cenizas y desiertos,
en
donde un gran poeta se suicida.
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