En el agua quemante
el sol refleja la mano de cenit
1
Amo
el amor
El
martes y no el miércoles
Amo
el amor de los estados desunidos
El
amor de unos doscientos cincuenta años
Bajo
la influencia nociva del judaísmo sobre la vida monástica
De
las aves de azúcar de heno de hielo de alumbre o de bolsillo
Amo
el amor de faz sangrienta con dos inmensas puertas al vacío
El
amor como apareció en doscientas cincuenta entregas durante
cinco años
El
amor de economía quebrantada
Como
el país más expresionista
Sobre
millares de seres desnudos tratados como bestias
Para
adoptar esas sencillas armas del amor
Donde
el crimen pernocta y bebe agua clara
De
la sangre más caliente del día
2
Amo
el amor de ramaje denso
salvaje
al igual de una medusa
el
amor-hecatombe
esfera
diurna en que la primavera total
se
columpia derramando sangre
el
amor de anillos de lluvia
de
rocas transparentes
de
montañas que vuelan y se esfuman
y
se convierten en minúsculos guijarros
el
amor como una puñalada
como
un naufragio
la
pérdida total el habla del aliento
el
reino de la sombra espesa
con
los ojos salientes y asesinos
la
saliva larguísima
la
rabia de perderte
el
frenético despertar en medio de la noche
bajo
la tempestad que nos desnuda
y
el rayo lejano transformando los árboles
en
leños de cabellos que pronuncian tu nombre
los
días y las horas de desnudez eterna.
3
Amo
la rabia de perderte
Tu
ausencia en el caballo de los días
Tu
sombra y la idea de tu sombra
Que
se recorta sobre un campo de agua
Tus
ojos de cernícalo en las manos del tiempo
Que
me deshace y te recrea
El
tiempo que amanece dejándome más solo
Al
salir de mi sueño que un animal antediluviano perdido en la
sombra de los días
Como
una bestia desdentada que persigue su presa
Como
el milano sobre el cielo evolucionando con una precisión de
relojería
Te
veo en una selva fragorosa y yo cerniéndome sobre ti
Con
una fatalidad de bomba de dinamita
Repartiéndome
tus venas y bebiendo tu sangre
Luchando
con el día lacerando el alba
Zafando
el cuerpo de la muerte
Y
al fin es mío el tiempo
Y
la noche me alcanza
Y
el sueño que me anula te devora
Y
puedo asimilarte como un fruto maduro
Como
una piedra sobre una isla que se hunde
4
El
agua lenta el camino lento los accidentes lentos
Una
caída suspendida en el aire el viento lento
El
paso lento del tiempo lento
La
noche no termina y el amor se hace lento
Las
piernas se cruzan y se anudan lentas para echar raíces
La
cabeza cae los brazos se levantan
El
cielo de la cama la sombra cae lenta
Tu
cuerpo moreno como una catarata cae lento
En
el abismo
Giramos
lentamente por el aire caliente del cuarto caldeado
Las
mariposas nocturnas parecen grandes carneros
Ahora
sería fácil destrozarnos lentamente
Arrancarnos
los miembros beber la sangre lentamente
Tu
cabeza gira tus piernas me envuelven
Tus
axilas brillan en la noche con todos sus pelos
Tus
piernas desnudas
En
el ángulo preciso
El
olor de tus piernas
La
lentitud de percepción
El
alcohol lentamente me levanta
El
alcohol que brota de tus ojos y que más tarde
Hará
crecer tu sombra
Mesándome
el cabello lentamente subo
Hasta
tus labios de bestia
5
Verte
los días el agua lenta
Una
cabellera la arena de oro
Un
volcán regresa a su origen
Verte
si cuento las horas
La
espalda del tiempo divinamente llagada
Una
ánfora desnuda hiende el agua
El
rocío guarda tu cuerpo
En
lo recóndito de una montaña mágica
Cubierta
de zapatos de muñeca y de tarjetas de visita de los dioses
Armodio
Nerón Calígula Agripina Luis II de Baviera
Antonio
Cretina César
Tu
nombre aparece intermitente
Sobre
un ombligo de panadería
A
veces ocupa el horizonte
A
veces puebla el cielo en forma de minúsculas abejas
Siempre
puedo leerlo en todas direcciones
Cuando
se agranda y se complica de todas las palabras que lo siguen
O
cuando no es sino un enorme pedazo de lumbre
O
el paso furtivo de las bestias del bosque
O
una araña que se descuelga lentamente sobre mi cabeza
O
el alfabeto enfurecido
6
El
agua lenta las variaciones mínimas lentas
El
rostro leve lento
El
suspiro cortado leve
Los
guijarros minúsculos
Los
montes imperceptibles
El
agua cayendo lenta
Sobre
el mundo
Junto
a tu reino calcinante
Tras
los muros el espacio
Y
nada más el gran espacio navegable
El
cuarto sube y baja
Las
olas no hacen nada
El
perro ve la casa
Los
lobos se retiran
El
alba acecha para asestamos su gran golpe
Ciegos
dormidos
Un
árbol ha crecido
En
vano cierro las ventanas
Miro
la luna
El
viento no ha cesado de llamar a mi puerta
La
vida oscura empieza.
De
"La tortuga ecuestre" 1936-1939. VISITE SUS POEMAS: http://www.amediavoz.com/moro.htm#EL FUEGO Y LA POESÍA
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