Octavio Paz (1914-1998).
Premio Nobel Literatura 1990.
La poesía es
conocimiento, salvación, poder, abandono. Operación capaz de cambiar al mundo,
la esclavitud poética es revolucionaria por naturaleza; ejercicio espiritual,
es un método de liberación interior. La poesía revela este mundo; crea otro.
Pan de los elegidos; alimento maldito. Aísla; une. Invitación al viaje; regreso
a la tierra natal. Inspiración, respiración, ejercicio muscular. Plegaria al
vacío, diálogo con la ausencia: el tedio, la angustia y la desesperación la
alimentan. Oración, letanía, epifanía, presencia. Exorcismo, conjuro, magia.
Sublimación, compensación, condensación del inconsciente. Expresión histórica
de razas, naciones, clases. Niega a la historia: en su seno se resuelven todos
los conflictos objetivos y el hombre adquiere al fin conciencia de ser algo más
que tránsito.
Experiencia, sentimiento, emoción, intuición, pensamiento
no-dirigido. Hija del azar; fruto del cálculo. Arte de hablar en una forma
superior; lenguaje primitivo. Obediencia a las reglas; creación de otras.
Imitación de los antiguos, copia de lo real, copia de una copia de la Idea…
Analogía: el poema es un caracol en donde resuena la música del mundo y metros
y rimas no son sino correspondencias, ecos, de la armonía universal. Enseñanza,
moral, ejemplo, revelación, danza, diálogo, monólogo. Voz del pueblo, lengua de
los escogidos, palabra del solitario… La unidad de la poesía no puede ser asida
sino a través del trato desnudo con el poema. Al preguntarle al poema por el
ser de la poesía, ¿no confundimos arbitrariamente poesía y poema? … Un soneto
no es un poema, sino una forma literaria, excepto cuando ese mecanismo retórico
-estrofas, metros y rimas- ha sido tocado por la poesía. Hay máquinas de rimar
pero no de poetizar. Por otra parte, hay poesía sin poemas; paisajes, personas
y hechos suelen ser poéticos: son poesías sin ser poemas.
Pues bien, cuando la
poesía se da como una condensación del azar o es una cristalización de poderes
y circunstancias ajenos a la realidad creadora del poeta, nos enfrentamos a lo
poético… Sólo en el poema la poesía se aísla y revela plenamente. Es lícito
preguntar al poema por el ser de la poesía si deja de concebirse a éste como
una forma capaz de llenarse con cualquier contenido. El poema no es una forma
literaria sino el lugar de encuentro entre la poesía y el hombre. Poema es un
organismo verbal que contiene, suscita o emite poesía. Forma y sustancia son lo
mismo… La poesía no es la suma de todos los poemas. Por sí misma, cada creación
poética es una unidad autosuficiente. La parte es el todo. Cada poema es único,
irreductible e irrepetible. Esta diversidad se ofrece, a primera vista, como hija
de la historia. Cada lengua y cada nación engendra en la poesía lo que el
momento y su genio particular les dictan. La perspectiva histórica
-consecuencia nuestra fatal lejanía- nos lleva a uniformar paisajes ricos en
antagonismos y contrastes. La distancia nos hace olvidar las diferencias que
separan a Sófocles de Eurípides, a Tirso de Lope. Y esas diferencias no son el
fruto de las variaciones históricas, sino de algo mucho más sutil e
inapresable: la persona humana. Así, no es tanto la ciencia histórica sino la
biografía la que podría darnos la llave de la comprensión del poema. Y aquí
interviene un nuevo obstáculo: dentro de la producción de cada poeta cada obra
es también única, aislada e irreductible…
La historia y la biografía nos pueden
dar la tonalidad de un período o de una vida, dibujarnos las fronteras de una
obra y describirnos desde el exterior la configuración de un estilo; también
son capaces de esclarecernos el sentido general de una tendencia y hasta
desentrañarnos el porqué y el cómo de un poema. Pero no pueden decirnos qué es
un poema. La única nota común a todos los poemas consiste en que son obras,
productos humanos. Ahora bien, los poemas son obras de una manera muy extraña:
no hay entre uno y otro esa relación de filialidad que de modo tan palpable se
da en los utensilios. Técnica y creación, útil y poema son realidades
distintas. La técnica es procedimiento y vale en la medida de su eficacia, es
decir, en la medida en que es un procedimiento susceptible de aplicación
repetida: su valor dura hasta que surge un nuevo procedimiento. La técnica es
repetición que se perfecciona o se degrada; es herencia y cambio… El estilo es
el punto de partida de todo intento creador; y por eso mismo, todo artista
aspira a trascender ese estilo comunal o histórico. Las diferencias entre
palabras, sonido y color han hecho dudar de la unidad esencial de las artes.
El
poema está hecho de palabras, seres equívocos que si son color y sonido son
también significado. En muchos casos, colores y sonidos poseen mayor capacidad
evocativa que el habla. En el poema el lenguaje recobra su originalidad
primera, mutilada por la reducción que le imponen prosa y habla cotidiana. La
reconquista de su naturaleza es total y afecta a los valores sonoros y
plásticos tanto como a los significativos… El ser imágenes lleva a las
palabras, sin dejar de ser ellas mismas, a trascender el lenguaje, en tanto que
sistema dado de significaciones históricas. El poema, sin dejar de ser palabra
e historia, transciende la historia. A reserva de examinar con mayor
detenimiento en qué consiste este traspasar la historia, puede concluirse que
la pluralidad de poemas no niega, sino afirma, la unidad de la poesía…
El poema
es una posibilidad abierta a todos los hombres, cualquiera que sea su temperamento,
su ánimo o su disposición. Ahora bien, el poema no es sino eso: posibilidad,
algo que sólo se anima al contacto de un lector o de un oyente. Hay una nota
común a todos los poemas, sin la cual no serían nunca poesía: la participación.
Cada vez que el lector revive de veras el poema, accede a un estado a un estado
que podemos llamar poético. el poema es vía de acceso al tiempo puro, inmersión
en las aguas originales de la existencia. La poesía no es nada sino tiempo,
ritmo perpetuamente creador.
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