Omar
Khayyam
(1050-1122)
La
rueda de los cielos rauda gira
aun
después de mi muerte y de la tuya;
y
porque nuestra pena no concluya,
contra
tu alma y mi alma ella conspira.
Ven
sobre el verde césped, dulce Amor,
reposa
en mí tu frente pensativa;
sólo
nos resta una hora fugitiva
de
descansar sobre esta hierba en flor.
Después...
vendrá otra hierba aún más fresca
del
suelo que de amor se fertiliza,
cuando
de tu ceniza y mi ceniza
la
nueva savia en su eclosión florezca.
*
Porque
esta vida no es
-como
probaros espero-,
Mas
que un difuso tablero
de
complicado ajedrez.
Los
cuadros blancos: los días
los
cuadros negros: las noches...
Y
ante el tablero, el destino
acciona
allí con los hombres,
como
con piezas que mueven
a
su capricho sin orden...
Y
uno tras otro al estuche
van.
De la nada sin nombre.
*
Sí,
yo sé, mi persona toda es bella,
delicioso
el perfume que ella exhala,
el
rosa mío al de la rosa iguala,
mi
línea al lado del ciprés, descuella.
Mas,
con todo, esta incógnita me aterra:
¿Por
qué mi alto Escultor me hizo de tierra?
*
Nada
me aflige ya
levántate
para ofrecerme vino
tu
boca, esta noche,
es
la rosa
más
bella
del
mundo
escancia
vino
que
sea carmín
como
tus mejillas
y
haga leves
mis
remordimientos
como
ligeros
son
tus
bucles.
*
El
vino tiene
el
color
de
las rosas
tal
vez no sea sangre
de
viñas
sino
de rosas
quizá
no sea cristal
este
cáliz
sino
azul de mar profundo
tal
vez no haya
noche
sino
un párpado de día.
*
La
gota de agua del mar,
desprendida
y solitaria,
en
playa inhospitalaria,
triste
se puso a llorar.
El
Océano al sentir
tan
tierna lamentación
de
aquella separación,
la
piedad le hizo sonreír.
-«Hija
mía, entre los dos
hay
una sola unidad,
y
sobre esta inmensidad
no
hay más grandeza que Dios».
«Entre
tu cuerpo y el mío
nunca
la extensión verás:
nadie
medirá jamás
la
inmensidad del vacío».
*
El
aura primaveral
despierta
al jardín, mimosa,
y
el ruiseñor, por la rosa
entona
su himno nupcial.
Bajo
la aromada sombra
de
los tupidos rosales,
en
las horas estivales
reposa
en la muelle alfombra.
Sus
pétalos al caer
sobre
ti, te irán diciendo:
«Como
tú, vamos volviendo
hacia
donde fue el nacer».
*
¿Temes
lo que puede traerte el mañana?
No
te adhieras a nada,
no
interrogues a los libros ni a tu prójimo.
Ten
confianza; de otro modo,
el
infortunio no dejará de justificar tus aprehensiones.
No
te preocupes por el ayer:
ha
pasado...
No
te angusties por el mañana:
aún
no llega...
Vive,
pues, sin nostalgia ni esperanza:
tu
única posesión es el instante.
*
Tan
rápidos como el agua del río
o
el viento del desierto, nuestros días huyen.
Dos
días, sin embargo, me dejan indiferente:
el
que partió ayer y el que llegará mañana.
A
aquellos que en el hoy aguardan su ventura,
y
a los que en el mañana fijaron su esperanza,
un
muecín les grita desde la Torre Oscura:
-«¡Locos!
ni aquí, ni allí, vuestra paga es segura!»
En
sueños, otra voz, que me repite, advierto:
-«La
flor abrirá al beso de la nueva mañana»;
mas
un rumor que pasa, me dice, ya despierto:
-«La
flor que ayer abrió, dio su aroma y ha muerto».
*
Yo
he sembrado semilla de aquel saber arcano,
y
la ayudó a crecer la labor de mi mano:
y
ésta fue mi cosecha: -«yo vine como el agua,
y
me voy de este mundo como va el viento vano».
Llegado
a este Universo el porqué ignorando
y
el de dónde, como agua que, quiera o no quiera, corre,
salgo
de él como el viento que el desierto cruzando,
sin
saber hacia donde, quiera o no sigue andando.
¿Y
qué, y así me traen desde un donde cualquiera
y
desde aquí hacia allá, sin pulsar mi albedrío?
¡Si
el cielo, al menos, darnos siempre el vino quisiera,
que
ahogue este recuerdo que la mente lacera!
*
Me
pregunto qué poseo verdaderamente.
Me
pregunto qué subsistirá de mí después de mi muerte.
Nuestra
vida es breve como un incendio. Llamas que se
olvidan,
cenizas
que el viento dispersa: un hombre ha vivido.
*
El
vasto mundo: un grano de polvo en el espacio.
Toda
la ciencia de los hombres: palabras.
Los
pueblos, las bestias y las flores de los siete climas:
sombras.
El
resultado de tu meditación perpetua: nada
*
¿Qué
se habrá hecho de todos mis amigos?
¿La
Muerte los ha pisoteado?
¿Dónde
están todos mis amigos, qué es de ellos?
Oigo
aún sus cantos en la taberna. ¿Están muertos
o
están ebrios de haber vivido?
*
Más
allá de la Tierra, más allá del infinito,
intentaba
ver el Cielo y el Infierno,
Y
una voz solemne me dijo:
«El
Cielo y el Infierno están en ti»
*
Cuando
yo ya no esté, no habrá más rosas, cipreses,
labios
rojos
ni
vino perfumado. No habrá más albas ni crepúsculos,
alegrías
ni penas.
El
universo no existirá,
pues
su realidad depende de nuestro pensamiento.
*
Lámparas
que se apagan,
esperanzas
que se encienden.
Aurora.
Lámparas que se encienden,
esperanzas
que se apagan. Noche.
*
Admitamos
que hayas resuelto el enigma de la creación. ¿Cuál es tu destino?
Admitamos
que hayas podido despojar a la Verdad de todos sus ropajes. ¿Cuál es tu
destino?
Admitamos
que hayas vivido cien años feliz
y
que vivas cien años más. ¿Cuál es tu destino?
*
Entiende
esto: un día tu alma caerá de tu cuerpo
y
serás empujado detrás del velo que flota entre el universo y lo desconocido.
En
la espera: ¡ sé feliz !
No
sabes de dónde vienes. No sabes a dónde vas.
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